¡Hola!

Me llamo  Iñaki y es para mí un honor que me dediques parte de tu tiempo.

Para saber quién soy, o al menos conocerme un poco, permíteme que te cuente dos historias:

1ª historia:

Cuando era pequeño suspendía lengua en el colegio. Siempre andaba arrastrándola para septiembre o para el año siguiente. No entendía la sintaxis y como era un poco vago y no me gustaba leer, la parte de literatura también se me daba mal.

En los cursos superiores comencé a entender la sintaxis y gracias a las asignaturas de latín y griego se me empezó a dar bastante bien, pero la literatura seguía sin interesarme. Aprobaba, pero raspado.

Años después, ya insertado en el mundo laboral, una amiga me dejó un libro: Harry Potter y el misterio del príncipe. Fue algo mágico (nunca mejor dicho) y desde entonces nunca ha faltado un libro en mi mesita, no ha pasado un solo día en el que no tenga un libro o dos empezados.

Iniciado mi nuevo amor por la literatura, decidí estudiar filología hispánica en la universidad a distancia a los veinte siete años, compaginándolo con mi trabajo. ¿Quién lo iba a decir? Mis profesores de lengua del colegio seguro que no.

2ª historia:

En el año 2010 sufrí un accidente en la montaña, más en concreto, en una cueva. El resultado, afortunadamente, fue una fractura en el fémur izquierdo. Digo afortunadamente porque analizando la situación y el entorno puedo decir que tuve mucha suerte de salir vivo.

En un primer instante, mi cerebro reptiliano, esa parte primitiva del cerebro que se encarga de mantenerte con vida, me ayudó mucho. Decisiones correctas y nada de sentimientos ni debilidades que te distraigan de tu prioridad: sobrevivir.

Pero cuando pasa el peligro y ya estás en casa a salvo, el cerebro reptiliano pierde protagonismo y vuelven los sentimientos, el ser consciente de lo que ha pasado, y eso es muy duro.

Un día comencé a escribir todo lo sucedido aquella tarde, con pelos y señales, y descubrí que aquello era algo bueno, algo terapéutico para mí, y seguí escribiendo. Por otro lado también me di cuenta de que me gustaba escribir, así que he seguido escribiendo relatos de viajes y aventuras en la montaña por un lado, y fantasía épica medieval por otro, que es uno de mis temas favoritos de lectura, y no tengo intención de dejar de hacerlo.

Y con estas dos historias llegamos hasta hoy.

Un niño que suspendía lengua, aunque al final la aprobaba por los pelos, que más tarde encuentra el amor en la literatura con el sexto libro de Harry Potter (por cierto, luego leí toda la saga en orden ¡cuatro veces!) y que tras sufrir un accidente comienza a escribir, descubriendo así una nueva pasión por la literatura.

Mi género favorito es la fantasía épica medieval, pero no quiere decir que se lo único que lea, o de lo único que escriba (aunque sí es una gran parte). También me gusta la ciencia ficción, los súper héroes, las historias de futuros distópicos, la narrativa de viajes, y muchos de los clásicos como Julio Verne o Arthur Conan Doyle. Y siento cierta debilidad por la literatura británica del siglo XIX, tan envuelta en ese halo de misterio, de calles londinenses envueltas en una niebla nocturna de lo más fantasmagórica.

Mis libros tienen una fuerte influencia de lo que más me gusta, como es lógico, y como le pasa a todos los escritores. De hecho, grandes autores como Stephen King recomiendan que escribas sobre lo que conoces, dominas y te gusta, que suele ser de lo que más lees.

Pero no todo va a ser leer y escribir.

También soy un loco apasionado de la montaña. He sido guía durante quince años, y me encanta salir a disfrutar con los amigos de una cueva, un barranco o abrir una nueva vía de escalada artificial con mi compi de #Artifoiscommedy sufriendo un poco, y pasando muchísimas risas.

También me gusta la música, he tocado mucho la guitarra y, aunque ahora la tengo un poco abandonada, de vez en cuando le dedico un rato, no como al piano, que me mira desde el salón diciendo «ven a tocar, porfi» con cara de pena, y cada vez me cuesta más recordar cómo se hacía. Y aunque no sea un músico de verdad, también he tocado otros palos y ahora tengo una colección de instrumentos muy curiosa que cuenta con flautas chinas, irlandesas y tunecinas, un violín, un ukelele, una kalimba, una darbuka y un cajón flamenco.

¡Pero eso no es todo! Hay otra actividad que me llama mucho a nivel profesional, y es la redacción de textos publicitarios y el copywriting. Comencé a hacer cursos allá por 2017 movido por la curiosidad, y aún sigo aprendiendo y practicando cosas del mundo del marketing, un mundo que me resulta de lo más interesante, sobre todo ese aspecto creativo, que es la parte más bonita de la publicidad.

Y seguro que me dejo alguna cosa, pero tampoco quiero aburrirte demasiado, así que, si quieres saber más sobre mí, puedes escribirme y charlamos un rato, estaré encantado.

Un saludo, y gracias por leer estas líneas.

Iñaki A. Lamadrid